Susurros de Granada, Sinfonía de primavera

En esta obra, el agua se convierte en la auténtica protagonista. Su movimiento sinuoso, sus destellos y transparencias narran una danza que invita a sentir, a moverse, a dejarse envolver por su frescura. Cada gota es un instante suspendido, y cada surtidor una melodía visual que se proyecta en el Patio de la Acequia del Generalife de Granada. La primavera estalla en este rincón: flores de mil colores, vegetación que crece con energía renovada, luces y sombras que dibujan sobre el agua un colorido cambiante.

El agua aquí es vida en movimiento: nutre la tierra, acaricia las raíces, refresca el aire. El espectador no solo contempla, sino que escucha el murmullo, siente la brisa húmeda y se deja llevar por la cadencia hipnótica de los chorros.

Este jardín, con su agua danzante y su esplendor primaveral, me conecta con la tierra de mis padres, con la memoria y el calor de mis antepasados. Granada está presente aquí no solo como un lugar, sino como un sentimiento, una herencia afectiva que fluye como el agua misma.

"Susurros de Granada, sinfonía de primavera" es un viaje sensorial: una invitación a escuchar el canto del agua, a percibir la fragancia de las flores, a dejar que la vista se pierda en sus reflejos y, sobre todo, a recordar que el arte, como la naturaleza, está vivo y en constante transformación.